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sábado, 8 de agosto de 2015










Cuando el hombre viene al mundo, tiene las manos siempre cerradas, como si estuviera intentando decir: el mundo entero es mío, y conseguiré agarrarlo.

Cuando el hombre se va del mundo, tiene las manos siempre abiertas, como si estuviera intentando decir: no tengo nada en mi poder, lo único que puedo llevarme son mis recuerdos, lo único que puedo dejar son mis ejemplos.



Midrach Rabba sobre el Eclesiastés


Image du Blog fr.pickture.com/blogs/chezmanima

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