Mientras vivíamos en la euforia del buen momento económico a nadie le
preocupaban los beneficios de los
bancos, los sueldos de los ejecutivos de las grandes corporaciones, la
corrupción política, los privilegios de la clase política como suculentas
jubilaciones, dobles sueldos, exenciones tributarias...No se puede actuar en beneficio
de una minoría, despreciando la voluntad de la gran mayoría.
Nuestros derechos fundamentales
parecen ser subastados al mejor postor
para pagar las deudas de bancos y entidades financieras internacionales, pues han sido sus prácticas especulativas el
verdadero enemigo de empresas y millones
de personas que se ven asfixiadas.
La vida humana es una continua lucha. Desde que nacemos, las personas, comenzamos a luchar. Desde niños y conforme se va
creciendo, la dureza de estas luchas se va a intensificar. “La lucha por la
vida”, sigue por obtener lo necesario para vivir, pero hay personas que solo quieren
satisfacer su ego. Todo sirve, todo vale sin tener en cuenta a los demás.
¡¡¡Por un mundo más solidario !!!
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