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martes, 11 de enero de 2011

Prometeo, Pandora, la Esperanza y la caja de los males.


Prometeo era un osado Titán al que le gustaba provocar la ira de Zeus.
Urdió un primer engaño contra Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen.
Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego. Prometeo decidió robarlo y regaló a los mortales el fuego que había robado del Olimpo, y les transmitió los conocimientos que había recibido de Atenea. Al enterarse Zeus, se enfureció.
Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una hermosa mujer de arcilla llamada Pandora. Para tornarla atractiva cada divinidad le otorgó un don, de ahí su nombre Pandora ("todos los dones"). Una vez concluida fue enviada a la Tierra junto a una caja que contenía todos los males del mundo: plagas, dolor, enfermedades, envidia, odio, vicios, locura, pobreza, crimen_ con las que Zeus quería castigar a toda la humanidad. Pero
estaba tan ofuscado que también introdujo en la caja la esperanza.
Zeus infundió vida a Pandora y la envió a Epimeteo, el hermano de Prometeo. (Hay versiones en la qu primero se envía a Prometeo) Prometeo le había advertido no aceptar ningún regalo de los dioses y especialmente de Zeus, de lo contrario sobrevendría una gran desgracia a los mortales, pero no escuchó a su hermano pues se había enamorado perdidamente de Pandora.
Pandora no pudo resistirse a la tentación y terminaría abriendo la caja como se había previsto. De inmediato salieron de la caja todos los males, pero también escapó la esperanza, consuelo del que sufre y he aquí los orígenes de la esperanza y desde entonces amparó a los mortales.
Tras vengarse de la humanidad, Zeus quiso vengarse también de Prometeo fue encadenado por Hefesto dios del fuego y de los metales forjados a una columna. Zeus hizo que un águila le comiera el hígado durante el día, pero se regeneraba por la noche. El águila volvía día tras día, a comer el hígado. ¡Qué crueldad!!!!!!


Este castigo había de durar para siempre, pero Hércules le liberó disparando una flecha al águila. Como Hércules era hijo de Zeus le pudo más el orgullo por la hazaña y liberó a Prometeo, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.

2 comentarios:

  1. LA verdad es que es una crueldad la visita diaria del águila, un poco crueles estos dioses, aunque menos mal que se le coló la esperanza en al caja. Besos!!

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  2. Una bella historia de mitología.

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